Salud mental y cerebro

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Brusco, Luis Ignacio

Profesor Titular de Psiquiatría. Departamento de Psiquiatría y Salud Mental. Facultad de Medicina, Universidad de Buenos Aires, Argentina.
Profesor Adjunto de Fisiología. Facultad de Medicina, Universidad de Buenos Aires, Argentina.
Jefe del Centro de Neurología de la Conducta y Neuropsiquiatría (CENECON). Facultad de Medicina, Universidad de Buenos Aires, Argentina.
Director de la Carrera de Medico Especialista en Psiquiatría. Facultad de Medicina, Universidad de Buenos Aires, Argentina.
Director de la Carrera de Médico Especialista en Neurología Cognitiva y Neuropsiquiatría. Facultad de Medicina, Universidad de Buenos Aires, Argentina.
Presidente de la Asociación Neuropsiquiátrica Argentina. Investigador Independiente de CONICET.
Jefe de Psiquiatría, Unidad Asistencial por Mas Salud Dr. Cesar Milstein.

 

 

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Autor:Luis Ignacio Brusco
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Salud Mental

El concepto de salud mental abarca al de salud en general; que es el bienestar físico, mental y social de las personas. Pero además atraviesa una serie de factores; incluyendo los derechos, el bienestar socio cultural; así como la calidad de vida de las personas. Todo esto dependiendo de la idiosincrasia de cada región y grupo humano.

No es un concepto contrapuesto al de la enfermedad mental, es decir que la salud mental puede verse afectada; aun no padeciendo una enfermedad psiquiátrica.

Entonces, el concepto de enfermedad mental abarca la participación de múltiples disciplinas. Que intervienen en la misma, imbricadas en forma interdisciplinar. Esto es uno de los paradigmas centrales para trabajar correctamente la salud mental de la población.

Por ejemplo, las leyes  de  salud  mental  deben  ser,  ante  todo,  legislaciones de derechos humanos; priorizando primero y especialmente, los derechos de las personas.

Pues en el caso de las problemáticas mentales existen varias situaciones que complejizan la cuestión. Probablemente mucho más que en otras áreas de la salud.

Una de ellas es que implica la posibilidad de restricción de la libertad de personas; a partir del cuadro de riesgo inminente para sí o para terceros.

Pudiendo caer en abusos; aunque también en displicencia ante el riesgo que pueden correr otras personas; como la familia o los sujetos que tomen contacto.

Otra de las cuestiones es que los enfermos mentales en muchas ocasiones han sido abusados por diferentes procesos autoritarios; violando totalmente sus derechos. (Esto sucedió tanto con personas sanas prejuzgadas, como especialmente a los mismos pacientes: por ejemplo en el régimen Nazi)

Otro punto clave es que las personas se encuentran con gran vulnerabilidad; pues muchas veces padecen de situaciones disfuncionales cognitivas o de trastornos del juicio de la realidad.

Los pacientes graves pueden padecer una gran incapacidad cognitiva, que es la pérdida intelectual de la posibilidad de la toma de decisión a mediano y largo plazo. Quedando en situación de desprotección ante la posibilidad de engaño, discriminación y de bullying que pueden sufrir estas personas.

Así las cosas, existe un delgado equilibrio en el correcto manejo de las personas con padecimiento mental. Especialmente en situación de riesgo; donde el respeto del derecho de los pacientes deben ser la prioridad máxima.

Dicho esto, otra de las cuestiones que han complejizado la cuestión es caer en la dicotomía cartesiana mente-cerebro. Existiendo cuestiones fundamentalistas; desde los defensores acérrimos de la inexistencia de lo biológico a los que biologizan todo estudio mental (“Cerebrizando” todo). Además, si se tuviera que definir desde qué lugar se toman las decisiones o donde se encuentra la mente; tampoco podemos obviar al cuerpo entero.

Pues se sabe actualmente que desde las hormonas, el sistema inmunológico e hasta la flora intestinal intervienen en el pensamiento.

En las últimas décadas, a partir de los proyectos cerebro humano, el proyecto conectoma (que analiza cómo se conecta el cerebro y el proyecto genoma humano se ha podido acceder a muchísima y nueva información. Qué han generado nuevos paradigmas.

Amén del gran desarrollo de métodos de investigación y el descubrimiento de causas que generan enfermedades neurobiológicas con impacto psiquiátrico.

Dentro de los estudios genéticos fue revolucionario la investigación GWAS (Genome-wide association study) liderado por Teri Manolio del Instituto Nacional de Investigación del Genoma Humano de EEUU. Que plantean genes que expresan algunas funciones, pero pueden generar otras. Incluso habiendo parte de ellos que pueden ser asociados a varias expresiones (llamados multigenes).

Lo que se expresan como combinación de genes y se asocian como colores en una paleta; pudiendo generar diferentes enfermedades a partir de la combinación de los mismos. Pero además influidos especialmente por el medio ambiente y los eventos vitales de las personas. La mayoría de las enfermedades psiquiátricas son atravesadas por este proceso.

El médico psiquiatra, a veces discriminado, cumple un rol clave en el componente de diagnóstico, tratamiento, prevención y rehabilitación de todas las posibilidades médicas que afectan la conducta y la cognición de las personas. Es quizá el área médica que más se revolucionó en los últimos años; a expensa del desarrollo de los estudios y descubrimientos sobre el cerebro.

Cambiando fuertemente los paradigmas y necesitando de un conocimiento científico de altísima complejidad (neuroimágenes, exámenes de sanguíneos, electroencefalografía, examen neurológico, entre otros). Conociendo además que nuestra conformación psíquica se basa en la consecuencia de la expresión de genes modificables en su expresión. Que finalmente se expresan a través de proteínas.

Estudia la psiquiatría esa parte del cerebro llamada corteza de asociación, estructura solo humana que nos diferencia. Siendo la zona más compleja de toda la biología.

No repetible en ninguna otra especie; y de la cual es muy difícil encontrar modelos en animales.

Es más, podría decirse que estas áreas expresan la diferencia entre la medicina y de la veterinaria; pues el resto del cuerpo funciona casi igual al animal.

Tanto las cuestiones puramente biológicas, como también injurias ambientales y sociales impactan en el cerebro y en el cuerpo. Ocasionando claras componentes mixtos biológicos-ambientales

Toda posición absoluta sería errada, pues hoy la ciencia sabe que partimos de un sistema genético unicelular. Luego el huevo fecundado nos constituye en adultos humanos. Seguramente influidos por millones de variables.

En ese camino se expresaron, genes y otros muchísimos factores. Constituyendo millones de variables; incluidas los factores sociales, culturales, ambientales y biológicos. Lo que hoy se conoce como epigenética, es decir cuáles son los genes que se expresan (sabiendo que hay otros en silencio).

Es decir nuestra conciencia como humanos incluye una enorme cantidad de variables. Quizá una de las situaciones más clara se aplique en la esquizofrenia; donde el riesgo de padecerla para la población general es del uno por ciento. A diferencia de los gemelos; en los que el riesgo aumenta al cincuenta por ciento, siendo los hermanos, sin embargo, genéticamente iguales.

Es decir existe un clarísimo componente genético en la conformación del psiquismo, que presentaría un impacto muy fuerte. Pero también a la influencia del medio ambiente sobre el desencadenamiento de la mayoría de las problemáticas mentales.

Trabajar mancomunadamente la interdisciplina, con respecto, pero además no desconociendo las bases neruocientificas es la única manera real de reconocer los derechos de las personas.